
La gastronomía húngara, como parte de su cultura, es el resultado de un desarrollo histórico de más de 1.000 años.
Rica en aromas y sabores picantes, su plato estrella es el gulash a base de carne de vaca, patatas, vegetales, pimentón y otras especias. Es frecuente el uso de pimientos, pimentón así como del ajo.
En Hungría, al no tener litoral, se consume poco pescado; sin embargo, se consumen varias especies de gallinas, patos, codornices, ciervos, jabalíes y animales autóctonos como la res gris y la oveja racka, y el cerdo Mangalica.


Del Mangalica se elaboran una gran variedad de embutidos como el famoso salami (téliszalámi), cuya elaboración, en su forma artesanal actual, se remonta al año 1883. Otros embutidos son el paprikás szalámi (salami con pimentón) y el csemege szalámi (salami elaborado con una mezcla de carnes de Mangalica y ternera), y las salchichas ahumadas békéscsaba y gyula.
Del Mangalica se utiliza también la manteca para las frituras a altas temperaturas, con el objeto de obtener un resultado muy sabroso.